Una Sociedad por Acciones Simplificada es una modalidad empresarial que busca ofrecer un marco legal más sencillo y flexible para la creación y gestión de empresas. La responsabilidad de los socios se limita al capital aportado, y la estructura accionaria está simplificada, lo que permite una mayor agilidad en las operaciones y decisiones de la empresa.
SOCIEDAD POR ACCIONES SIMPLIFICADA (S.A.S)
Una SAS se caracteriza por su facilidad de creación, gestión ágil y limitación de responsabilidad de los socios. Permite la existencia de un solo socio, no requiere un monto mínimo de capital y las acciones pueden ser transferidas con relativa facilidad. Además, ofrece flexibilidad en la organización de la estructura de gobierno y la toma de decisiones.
Una SAS puede llevar a cabo cualquier actividad comercial, industrial o de servicios, siempre y cuando no esté prohibida por la legislación aplicable o por sus estatutos. Esto les permite adaptarse a diversos sectores y necesidades del mercado.
Las actividades que no pueden desarrollarse mediante una SAS son aquellas prohibidas por ley, las que requieren una forma jurídica específica o las que están sujetas a regulaciones especiales, como en el caso de entidades financieras, aseguradoras o de capitalización.
No existe un requisito de cantidad mínima de socios en una SAS. Pueden ser unipersonales, lo que significa que pueden tener un único socio.
El estatuto o contrato social de una SAS debe contener, como mínimo, información sobre la denominación de la sociedad, su domicilio, el objeto social, la duración, el capital social, la estructura de gobierno, la distribución de utilidades y los procedimientos para disolución y liquidación de la sociedad.
El proceso para constituir una SAS implica la redacción y firma del estatuto o contrato social, la inscripción en el registro público correspondiente y la obtención de los permisos y autorizaciones necesarios para desarrollar las actividades específicas de la empresa.
En una SAS, se pueden realizar aportes en efectivo, en especie o en bienes y derechos que tengan valor económico. Esto permite a los socios contribuir con diversos recursos al capital social de la empresa.
Las SAS pueden estar sujetas a controles como inspecciones de entidades reguladoras, controles fiscales y tributarios, y auditorías externas según su actividad y tamaño. Están sujetas a las normas contables vigentes en el país donde operan, como las Normas Internacionales de Información Financiera (NIIF) o las Normas Locales de Contabilidad, que establecen los principios y procedimientos para la preparación, presentación y divulgación de los estados financieros. Las SAS deben registrar y mantener actualizados sus estados financieros, presentándolos anualmente a los accionistas y en algunos casos, a entidades regulatorias o tributarias. El registro de estados financieros es fundamental para mantener un control adecuado de la situación financiera y patrimonial de la empresa y cumplir con las obligaciones legales y fiscales.
Las Sociedades por Acciones Simplificadas pueden transformarse en otro tipo de sociedad, fusionarse con otras empresas o escindirse en nuevas sociedades. Para llevar a cabo estos procesos, se deben seguir los procedimientos establecidos por la legislación aplicable y cumplir con los requisitos específicos. Por lo general, estos procesos requieren la aprobación de la Asamblea de Accionistas y el registro de los cambios en el registro público correspondiente.
Para convertir una empresa unipersonal en una SAS, el propietario debe cumplir con los siguientes requisitos: redactar y firmar un estatuto social que cumpla con los requisitos mínimos, inscribir la transformación en el registro público correspondiente, y obtener los permisos y autorizaciones necesarias según la actividad a desarrollar. Además, el propietario debe asegurarse de cumplir con las normas fiscales y tributarias aplicables en el proceso de transformación.
La disolución y liquidación de una SAS son procesos que ponen fin a la vida de una empresa y deben llevarse a cabo de acuerdo con la legislación y los estatutos de la sociedad. A continuación, se describe el proceso en detalle:
Disolución: La disolución de una SAS puede ocurrir por diversas causas, algunas de las cuales incluyen:
- El vencimiento del plazo establecido en el estatuto social.
- La decisión de los accionistas, alcanzando la mayoría necesaria según lo establecido en los estatutos.
- La imposibilidad de cumplir con el objeto social o la consecución de este.
- La pérdida del capital social o la reducción del mismo por debajo del mínimo legal, si aplica.
- La declaración de quiebra o insolvencia.
- La fusión o escisión de la sociedad con otras entidades.
- Cualquier otra causa prevista en la legislación aplicable o en los estatutos de la sociedad.
Liquidación: Una vez disuelta la SAS, se inicia el proceso de liquidación, que implica la realización de una serie de pasos para cancelar las obligaciones de la sociedad y distribuir los activos remanentes entre los accionistas:
- Nombramiento de liquidadores: La Asamblea de Accionistas debe nombrar a uno o más liquidadores que serán responsables de llevar a cabo el proceso de liquidación.
- Inventario y balance de liquidación: Los liquidadores deben realizar un inventario y balance de liquidación, que refleje el estado actual de los activos y pasivos de la sociedad al momento de la disolución.
- Pago de deudas: Los liquidadores deben liquidar todas las deudas y obligaciones de la sociedad, incluyendo las deudas con acreedores, empleados, proveedores y entidades gubernamentales (tributos, contribuciones, etc.).
- Realización de activos: Si es necesario, los liquidadores pueden vender los activos de la sociedad para obtener fondos que permitan el pago de las deudas y obligaciones.
- Distribución del remanente: Una vez pagadas todas las deudas y obligaciones, los liquidadores distribuirán el remanente, si lo hubiere, entre los accionistas de la sociedad, de acuerdo con la proporción de sus aportes al capital social.
- Cancelación de la inscripción en el registro público: Finalizado el proceso de liquidación, los liquidadores deberán presentar el acta de liquidación y los documentos correspondientes al registro público para que la SAS sea cancelada y, de esta manera, finalice su existencia legal.
Cabe destacar que durante todo el proceso de disolución y liquidación, los liquidadores deben cumplir con las disposiciones legales y estatutarias aplicables, así como mantener informados a los accionistas y a las autoridades competentes sobre el avance del proceso.